Masaje terapéutico cuyo fin es contrarrestar los síntomas que produce el estrés.
Ante una situación de estrés, el organismo moviliza el sistema nervioso, para poder emitir una respuesta al medio, esta primera fase de denomina Eustrés (Estrés positivo).
Se produce una movilización de las defensas del organismo y una redistribución de la sangre, que abandona los puntos menos importantes, como es la piel y las vísceras intestinales, para acudir a músculos, cerebro y corazón. Así mismo aparece un aumento de la frecuencia cardiaca, de la capacidad respiratoria y de la presión arterial. En la sangre se presenta un incremento de glucosa y linfocitos, y una mayor propiedad de coagulación.
Con la duración prolongada en el tiempo el organismo se adapta o se enfrenta a las exigencias del agente estresor, por lo que las reacciones se agudizan (Distrés, Estrés negativo) provocando trastornos y síntomas como:
El organismo llega a un momento en el que cae incluso por debajo de su capacidad habitual debido a la falta de energía y de recursos para adaptarse a las demandas de la situación. Sufre un agotamiento y las alteraciones se tornan críticas, y es cuando aparecen cuadros con importantes trastornos fisiológicos en el organismo, como:
Hipertensión, muerte súbita por arritmia letal, infarto, isquemia o fibrilación del miocardio, apoplejía, asma, cáncer.
El MSH propone para el tratamiento, distintas planos operativos.
Una primera instancia se aborda las zonas doloridas del paciente. Lograda la analgesia, se incide con respiraciones conscientes, con las que se logra una mayor relajación, para centrar la terapia en la raíz de la sintomatología del estrés como son: